Desde que llevo en esto, ha habido un tema que siempre me ha preocupado. La alimentación. ¿Cuánto ha de comer un triatleta? ¿Cuánto necesito para afrontar estos entrenos? No se trata de hablar de los días previos a las competiciones, sino del día a día. Esa es otra historia.
Yo no siempre fui delgado o atlético. Hubo un tiempo hace años en el que con mis 176 cms de estatura llegué a pesar casi 90 kilos! Ahora cuando veo fotos de entonces apenas me reconozco… El deporte no estaba en mi vida, era fumador y sin saberlo a menudo la comida servía para calmar ansiedades que ni percibía…
Cuando empecé a entrenar fui un día a la FNAC y miré libros de triatlón. Me fijé en uno concretamente y lo compré. Se llama “Nutrición y peso óptimo para el máximo rendimiento en deportes de resistencia” es de la editorial Tutor. Es un buen libro. De su lectura se extrae una conclusión importante “el peso es un factor fundamental en el rendimiento de un triatleta”.
Aunque busqué una fórmula mágica para aprender a comer en cuanto a cantidad y calidad me he dado cuenta que esto es cuestión de ensayo – error.
No estoy dispuesto a contar calorías así que mi sistema se basa en una serie de creencias que aplico y que me funcionan. Podrían ser las siguientes:
No como prácticamente grasas animales, por lo que me prohíbo los fiambres grasos y las carnes como pancetas o beicon o secreto o carnes grasas.
Desde que entreno he ido inconscientemente reduciendo la carne que como, me he hecho menos carnívoro por decirlo de alguna manera.
Nunca como menos de 5 piezas de fruta al día.
Salmón a la plancha una vez por semana.
Desayuno tostadas de pan de cereales con aceite de oliva y miel (dos piezas normales), un café con leche y un zumo sin colar de naranja (cuando es la época) cuando no lo es un kiwi grande o dos pequeños.
Hago cinco comidas al día. Al principio me saltaba la de media tarde pero me di cuenta de que pasaba muchas horas sin comer antes del entrenamiento, que en mi caso es por la tarde. Así que la incluí en forma de barritas de muesli y fruta.
Como mejillones una vez por semana en la cena. Contienen mucho hierro y la anemia es un enemigo a tener en cuenta. (como el colesterol no avisa la hijaput…)
Mas de tres noches ceno mi súper ensalada: lechugas rizadas, manzana, queso feta, arroz guarnición de varios colores (mercadona), tomate kumato, nueces, champiñones a la plancha y pasas corintias. Con un poco de aceite, sal y vinagre caramelizado.
Al desayunar y cenar tomo levadura de cerveza y germen de trigo. Por la mañana un comprimido de multicentrum.
Nada más llegar de entrenar tomo un batido de proteínas y un trozo pequeño de pan con miel
A medio día como en el mejor restaurante de la ciudad y como lo que me ponen, ya que mi madre ha hecho la comida con cariño. A veces si no interesa por el tipo de entreno de la tarde (por las digestiones) improviso yo mismo un poco con la ensalada y algo de pasta cocida. Después de comer tomo dos piezas de fruta. (mi capricho del día son uno o dos pequeños miniconos de helado de nata de mercadona). El chocolate tiene que estar en mi vida.
Me paso la mañana bebiendo agua, pues me ayuda a eliminar las toxinas de desecho de los entrenos (una botella de 1,5 cae siempre).
Me gusta cenar cremas, sobre todo de espinacas. Los huevos revueltos son también una cena común.
Intento tomar un yogurt al día casi siempre antes de ir a dormir.
Pero, ¿qué cantidad? Pues lo normal, no me gusta sentirme hinchado ni tampoco pasar hambre. Existe un truco que no falla. Escuchar al cuerpo y observar qué sucede con el paso del tiempo. Lo normal es que los entrenos vayan adaptando tu cuerpo poco a poco y que vayas perdiendo grasa. Al principio de temporada yo peso unos 70 o 71 kilos, y en competición me he quedado este año en 68. Pero esto no me obsesiona, es consecuencia de los entrenos y de darle al cuerpo el alimento que me pide.
El triatlón me enseña a comer sano, y en mi opinión el cuerpo es más sabio que las tablas calóricas y las dietas. En resumen mi opinión es que hay que darle al cuerpo alimentos de calidad y por ende no comer comida basura. Que si eres deportista comer es, además de un placer, una parte más de la preparación que no se debe descuidar. “Hincharse a comer” o pegarse como se dice en mi tierra una “panzá a comer” responde más a las necesidades de tu mente (ansiedad) que de tu cuerpo y no hace ningún bien. Y que al igual que dije respecto a un entrenador, si no hubiese encontrado una fórmula, se que hubiese acudido a un especialista. Aún así no descarto hacerlo de cara a estos meses que serán más duros de lo habitual.
Espero que os guste el post, a mí me hubiee gustado leerlo cuando era un mar de dudas.
http://www.youtube.com/watch?v=ds8uy1JD4J4
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